El objetivo del etiquetado ambiental es ayudar a todos los clientes a elegir de forma consciente.
La valoración, que va de la A a la E, facilita la comprensión del impacto ambiental de cada producto.
¿En qué consiste el etiquetado ambiental?
El etiquetado ambiental es una herramienta que mide el impacto de los productos en el Medio Ambiente. Este sistema asigna una letra (de la A a la E) a los productos dentro de una misma categoría teniendo en cuenta todo su ciclo de vida: elección de las materias primas, fabricación, transporte, final de la vida útil, etc.
Este tipo de etiquetado nos proporciona mayor información sobre el impacto ambiental de nuestros productos y, por tanto, fomenta el consumo responsable.
A finales de 2019, el 61,1 % de nuestros productos (ropa, calzado y otros artículos textiles) ya contaba con el etiquetado ambiental.
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Método de cálculo
Utilizamos una unidad funcional para asignar una valoración a cada producto. Esta unidad de medida evalúa todo lo que el producto proporciona. En otras palabras: ¿qué ofrece el producto al usuario? De acuerdo con el marco de referencia de ADEME (Agencia Francesa para la Transición Ecológica), el cálculo se basa en cinco preguntas: – La función o finalidad del producto: ¿qué? – El alcance de la función o de la finalidad: ¿cuánto? – El nivel de calidad requerido: ¿cómo? – La vida útil del producto: ¿durante cuánto tiempo? – El/los código/s CPA (clasificación de productos por actividades en la comunidad económica): ¿qué código/s CPA? Los productos se clasifican por familias. Por el momento, las tres categorías que tienen una calificación medioambiental son la ropa, el calzado y otros productos textiles. |
Desde 1986, en Decathlon diseñamos nuestros propios productos. Ya en 2008, nuestros equipos quisieron conocer cuál era el impacto ambiental que generaban nuestros productos, a la vez que emergía el etiquetado ambiental debido a una serie de normativas francesas originadas en la Cumbre sobre Medio Ambiente de Grenelle celebrada en Francia.
En Decathlon decidimos ser parte de un proyecto piloto junto a otras diez compañías del sector retail. Lo que surgió entonces, fue un experimento liderado por el Ministerio Francés de Medio Ambiente y Solidaridad Social, en el que 168 empresas se ofrecieron voluntarias para formar parte de él.
En los años siguientes, en Decathlon nos involucramos y empezamos a llevar a cabo nuestros propios experimentos, que pasaron a desarrollarse a escala europea. A partir de ese momento, lanzamos estudios de consumo para satisfacer mejor las necesidades de nuestros clientes, y establecimos numerosas colaboraciones trabajando mano a mano con ADEME y el Ministerio Francés para la Transición Ecológica.
Todos los esfuerzos realizados nos ayudaron a testar, hacer encuestas y adaptar el etiquetado ambiental gracias a entrar en una dinámica de mejora continua. Nuestro objetivo: ayudar a nuestros clientes a elegir en función de una información medioambiental fácil de entender y visible.
En 2014, incluimos los cálculos medioambientales en nuestras herramientas de diseño para fomentar el ecodiseño.
En 2017, participamos junto con la ADEME, la Agencia Gubernamental para la Transición Ecológica de Francia, en la creación de una base de datos sobre el impacto ambiental en el sector textil. Esta base de datos se puso a disposición del público y actualmente es referencia en el sector.
En 2019, en Decathlon empezamos a aplicar el etiquetado ambiental en más de 3.500 de nuestros productos; una cifra que se duplica año tras año. El gobierno francés ha reconocido el papel que ha desempeñado Decathlon como empresa pionera a la hora de implantar este sistema.
En 2020, la secretaria de Estado del Ministerio de Transición Ecológica y Solidaria francés, Brune Poirson, invitó a nuestro equipo encargado del proyecto a presentarlo en la Conferencia de Prensa del Ministerio.
Nuestro sistema de etiquetado ambiental creado junto a ADEME ha demostrado su eficacia, por lo que el gobierno francés ha decidido incluirlo en la ley contra el despilfarro y a favor de la economía circular anunciada a principios de este año. Dentro de unos meses, el etiquetado ambiental será obligatorio para todas las empresas del sector textil.
DIFICULTADES DEL PROYECTO
A pesar de lo útil que resulta este tema y nuestras buenas intenciones, un proyecto de esta envergadura también presenta problemas que hay que superar:
– El acceso a los datos, especialmente de los procesos industriales, que no siempre están disponibles. Por lo tanto, tuvimos que empezar de cero, lo que representó una gran inversión por parte de los equipos involucrados. – La complejidad del tema. Detrás del etiquetado ambiental hay mucha investigación y cálculos. Esto requiere contar con a ptitudes, así como dedicar tiempo y energía. – Nuestros datos sobre el diseño para poder establecer el etiquetado. Antes de medir nuestros procesos y su impacto, primero tuvimos que entenderlos. Para ello fue necesario una verdadera colaboración entre los distintos equipos y que trabajasen de forma conjunta. – Hubo que formar a algunas personas, como los ingenieros, para que pudiesen evaluar el impacto medioambiental. Los jefes de producto también tuvieron que recibir formación para integrar el etiquetado ambiental en las especificaciones de los productos. Una vez más, tuvimos que empezar de cero ya que los equipos no estaban coordinados en función de criterios medioambientales. – Ser pioneros es un motivo de orgullo, pero también es difícil. Actualmente, los consumidores aún no pueden encontrar esta tipo de etiquetado en todos los productos y, por tanto, no pueden comparar las diferentes marcas. |
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LOS SIGUIENTES PASOS
Nuestra ambición es conseguir que el etiquetado ambiental esté presente en el 100% de nuestra ropa, calzado y otros artículos textiles en 2022. Nuestros equipos, conscientes de las necesidades del proyecto, se comprometen y trabajan cada día para alcanzar este objetivo. Gracias a ellos estamos avanzando en la dirección correcta. Además, queremos integrar completamente el etiquetado ambiental en nuestro modelo de negocio y, por consiguiente, el ciclo de vida de los productos. Esto también conllevará al desarrollo de un servicio de reparaciones y alquiler de productos. Por último, esperamos que el sistema de etiquetado ambiental sea más accesible en toda Europa gracias a una base de datos común. Participaremos en la Comisión Europea para explicar y demostrar la utilidad e importancia de este proyecto. |